Romina Vargas Florentín, una joven trans de 28 años, fue asesinada el domingo 15 de octubre en San Lorenzo (Gran Asunción). En las últimas semanas recrudeció la violencia en esa zona. «Responsabilizamos al Estado Paraguayo y a los grupos fundamentalistas autodenominados “Pro-Vida” por el nuevo caso de crimen de odio y por seguir sembrando odios y violencia». Expulsada del mercado laboral por su identidad de género, Romina era trabajadora sexual en la localidad de San Lorenzo, en el Gran Asunción. El domingo, alrededor de las 14 horas, estaba en la calle cuando un hombre se le acercó y, sin mediar palabra, la apuñaló en el pecho. Policías que patrullaban por la zona encontraron a Romina herida, tirada en el suelo. Cuando llegó al Hospital Materno Infantil de Calle’i los médicos constataron que había fallecido. La Asociación PANAMBI, de travestis, transexuales y transgéneros del Paraguay, repudió este crimen de odio. En un comunicado que publicó hoy, expresó que los hechos fueron perpetrados «por parte de un sujeto identificado como Blas Enrique Amarilla Bobadilla, quien confesó ser el autor los mismos». Y exigió a la Fiscalía General del Estado «que investigue el hecho de asesinato e impute al presunto asesino de Romina y actor confeso de varios ataques e intentos de asesinato a las compañeras trans». Con la muerte de Romina, suman 58 los asesinatos contra personas trans en Paraguay desde el final de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989. La mayoría de estos casos continúan sin esclarecer. «Responsabilizamos al Estado Paraguayo y a los grupos fundamentalistas autodenominados “Pro-Vida” por el nuevo caso de crimen de odio y por seguir sembrando odios y violencia, con sus discursos que legitiman y promueven estos actos violentos», expresó Panambí.  Quién es el detenido que confesó el crimen Un hombre de 21 años fue detenido como presunto autor del asesinato de Romina. La policía dijo haber encontrado al sospechoso en una calle peatonal, a pocas cuadras de donde se produjo el ataque. Los agentes que registraron al sospechoso dijeron que tenía escondido en los pantalones un cuchillo ensangrentado, con el que supuestamente habría apuñalado a Romina. Una persona que presenció el ataque identificó al detenido. El sospechoso se encuentra detenido en la comisaría de San Lorenzo, a disposición de la Fiscalía. Cuenta con antecedentes por haber apuñalado a otras dos mujeres trans a comienzos de octubre, en la misma zona. La primera de ellas recibió dos puñaladas, y la segunda, Sheyla Brítez, de 20 años, recibió diez. Ambas sobrevivieron a los ataques.

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Algunos medios locales aseguran que el detenido era conocido en la zona por su odio hacia personas trans, hasta el punto de que tenía el sobrenombre de “el cuchillero de travestis”. El hombre admitió haber cometido el asesinato de Romina. Señaló que lo hizo por venganza, porque había sido víctima de un robo, cometido supuestamente por una persona trans de la zona. Panambí advirtió: «Las personas trans somos estigmatizadas, tratadas con violencia y criminalizadas. Discriminadas por los entes gubernamentales, pisoteando nuestro derecho a la justicia, declarándonos culpables ante cualquier sospecha».  En declaraciones a los medios de comunicación, el hombre detenido contó que tiene odio” contra las travestis. El crimen se produce en un momento de intensificación del discurso de odio contra la población LGTBI en Paraguay, alimentado por los grupos ultraconservadores.

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El pasado 5 de octubre, miles de personas se manifestaron a favor de la familia tradicional, y contra la llamada “ideología de género”. En respuesta a esa movilización, el Ministerio de Educación de Paraguay prohibió que en las escuelas paraguayas se enseñen contenidos sobre “género” y prometió ocuparse de quemar los materiales sobre el tema. La organización Panambí pidió a comunicadores, periodistas y formadores de opinión a abordar estos hechos desde el respeto por la diversidad. ]]>