Por primera vez, un transfemicidio llega a juicio oral en Paraguay

El juicio oral y público a Blas Enrique Amarilla por el asesinato de Romina Vargas Florentín, una joven trans de 28 años, se llevará a cabo el viernes 9 de agosto en el Palacio de Justicia de la ciudad de Luque a las 8:30 de la mañana.

Por Juliana Quintana  Foto: Jess Insfrán  El juicio oral y público a Blas Enrique Amarilla por el asesinato de Romina Vargas Florentín, una joven trans de 28 años, se llevará a cabo el viernes 9 de agosto en el Palacio de Justicia de la ciudad de Luque a las 8:30 de la mañana.  Será la primera vez que el Tribunal de Sentencia juzgue un caso de transfemicidio. De ser condenado Amarilla, el caso representará un hecho histórico para el colectivo trans. Este juicio ya se suspendió una vez en febrero de este año.  Romina Vargas fue asesinada el 16 de octubre de 2017 en la ciudad de San Lorenzo, Gran Asunción. Expulsada del mercado laboral por su identidad de género, Romina se dedicó al trabajo sexual. El domingo, alrededor de las 14 horas, salió a comprar su almuerzo en la despensa del barrio en que vivía con su compañera, Maida Bordón. Romina se detuvo un momento a leer un mensaje en su celular y un hombre se le acercó y comenzó a apuñalarla en el pecho. Cuando llegó al Hospital Materno Infantil de Calle’i los médicos constataron que había fallecido.

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El hombre era Blas Enrique Amarilla, de 21 años, y lo llaman “el cuchillero de travestis”. Fue quien el 26 de septiembre había herido con un puñal a Maida en el hombro y en el pecho. Fue quien intentó apuñalar a Yren Rotela la noche del 16 de septiembre al salir de una peluquería y quien también le cortó el cuello, la cara y los brazos a Sheila Aguayo el 29 de septiembre del mismo año. 
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Cuando llegó la policía, Amarilla todavía tenía el puñal ensangrentado en la mano y Romina se encontraba herida, en el suelo. El femicida confesóa la prensa local, entre risas, que había cometido el asesinato, y que volvería a hacerlo por su “odio a las travestis”. Trató de justificarse al decir que las personas trans de la zona asaltan a los pobladores. «De mañana se disfrazan y actúan como ladrones robando a todo el mundo». Según los informes psicológicos, Amarilla era consciente de lo que hacía cuando atacó a Romina. Expresó claramente que su objetivo era “eliminar a todos los maricones”. “La defensa del asesino dice que sufre trastornos mentales, nosotras queremos la pena máxima, más medidas de seguridad porque él es un peligro, él nos odia y nos asesina a causa de eso. Es muy evidente ya que no ataca a otras personas, sólo ataca y declara odiar a las personas trans. Él mismo estando dentro del penal volvió a atacar a compañeras trans privadas de libertad. Somos muchas las víctimas de este asesino”, escribió Yren Rotela, activista por las personas trans, desde su cuenta de Facebook.  En el acta policial solo consta el nombre de la víctima que aparece en su documento, tampoco menciona las circunstancias del hecho. Ana Girala, la agente fiscal del caso, imputó a Amarilla por homicidio doloso. De acuerdo a las investigaciones, existen suficientes elementos contra Amarilla.  La audiencia se desarrollará en la sala de juicio oral del Poder Judicial de la ciudad de Luque. El presidente del colegiado es Julio César López, quien junto con otros dos magistrados deberán analizar todas las pruebas que se tienen en el expediente judicial y en la carpeta fiscal. El caso de Romina Vargas se convirtió en el primer asesinato a una mujer trans que llega a juicio en la historia de Paraguay. Hasta entonces, la fiscalía no llevaba registro de los casos. Son las mismas trans quienes deben investigar sobre su colectivo y contar su realidad en primera persona. 

Registro de transfemicidios

Yren, 18 años atrás, comenzó a anotar nombres de personas trans asesinadas. Pero la ausencia de una ley de identidad de género, impide que estos casos se investiguen porque los nombres sociales del colectivo no son reconocidos por el Estado.  En los siguientes diez años, recordar nombres llegó a convertirse en una tarea de las organizaciones trans del país.  Según Transgresoras, que forma parte de la serie de publicaciones del medio El Surtidor, el destino obligado del 98% de las mujeres trans del país era el trabajo sexual. La lista de nombres que comenzó Yren se convirtió en un informe en 2013 y se tituló Olvidadas hasta en la muerte. El trabajo contiene todos los casos que la comunidad trans, en conjunto con un equipo de investigadores, pudieron confirmar a partir de entrevistas y notas en medios de comunicación desde el 1989.  Aunque en 2016 se aprobó la Ley de Protección Integral a las Mujeres contra todo tipo de violencia (5.777), excluye a las trans de acceder a esta protección, después de que los legisladores eliminaran la palabra “género” de todo el contenido de la ley. Es por eso, que matarlas no cuenta como transfemicidio en Paraguay. La Fiscalía acusa a Blas Amarilla de matar a Romina Vargas. Pide la pena máxima, pero en el caso no se incluyen los intentos de asesinar a Maida, Sheila e Yren. 
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Con la muerte de Romina, suman 61 los asesinatos contra personas trans en Paraguay desde el final de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989. Aunque la mayoría de estos casos no han sido esclarecidos, las activistas trans consideran que el asesinato de Romina podría convertirse en el primer transfeminicidio en Paraguay en el que se dicta una condena y se hace efectiva. “Este hecho es un gran precedente y marca un antes y un después. Es el primer caso que llega a esta instancia entre los más de 60 casos de crímenes de odio existentes en Paraguay. Nosotras queremos justicia, justicia por Romina Vargas, justicia para todas”, sostuvo Yren.]]>

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