#FamiliasDiversas «No somos una minoría, luchamos por un mundo mejor para nuestros hijes»

Por segundo año consecutivo, las familias LGBTIQ+ y diversas de Entre Ríos se reunieron durante el fin de semana en la ciudad de Concepción del Uruguay. El encuentro fue convocado por las organizaciones Las Capitanas y la Liga LGBTIQ+ de las Provincias. La propuesta fue escucharse, intercambiar experiencias y poner en común las historias personales, “y reunirse en un solo abrazo”, cuentan lxs organizadorxs.

Por Gisela Romero, desde Paraná

Fotos: Gentileza de Luis Brossard y Subsecretaría de Derechos Humanos de Entre Ríos

Es la tercera vez que Ivana Marsilli, mamá de Lucas, un niñe trans, va a un encuentro de familias diversas. La primera vez, le sirvió para avanzar con el trámite de reconocimiento de identidad de género de su hije. La segunda, fortaleció lazos y estrechó vínculos con otres. Esta vez, llega a Concepción del Uruguay, desde Colón -donde vive- para renovar el compromiso como familia visible, cuenta. “De cada encuentro, más allá de que la pasamos bien, los cuatro sacamos algo positivo. Conocemos otras personas y a mí me da mucha satisfacción poder acompañarlo a Lucas y que participe de este movimiento”, dice.

“Las familias formadas por dos mamás, dos papás o por personas trans ya no somos minoría como éramos antes de que se aprobaran las leyes de Matrimonio Igualitario, de Identidad de Género y de Técnicas de Reproducción Humana Asistida. Entendemos que es necesario visibilizar los derechos que hemos conquistado y seguir trabajando. El Estado debe garantizar cada uno de los derechos que todavía nos faltan a quienes formamos parte del colectivo LGBTIQ+”, dice Alejandra Elcura, una de las organizadoras del encuentro.

Por segunda vez, las familias LGBTIQ+ y diversas de Entre Ríos se reunieron durante el fin de semana en la ciudad de Concepción del Uruguay.El sábado, desde temprano, las familias empezaron a llegar a la Escuela de Educación Técnica Nº1 Ana Urquiza de Victorica, donde se reunieron. Viajaron desde Chajarí, Gualeguaychú, Concordia, Victoria, Diamante, Rosario del Tala, Cerrito, Paraná, San José, y Colón.

El encuentro fue convocado por las organizaciones Las Capitanas y la Liga LGBTIQ+ de las Provincias. La propuesta fue escucharse, intercambiar experiencias y poner en común las historias personales, “y reunirse en un solo abrazo”, cuentan lxs organizadorxs.

El II Encuentro de Familias Entrerrianas LGBTIQ+ y Diversas empezó a gestarse desde 2017, luego de que se encontraran por primera vez en Paraná. El próximo año tiene previsto reunirse en Gualeguaychú.

Lxs organizadores se propusieron sumar a personas de localidades que nunca antes habían participado y lo consiguieron. Hasta Concepción del Uruguay llegaron más de 150 personas, algunas viajaron cientos de kilómetros para compartir y visibilizar sus experiencias. Otras, producto de las malas condiciones económicas y sociales que viven, no pudieron estar presentes.

“Encontrarnos y abrazarnos”

“La expectativa con que llegamos al encuentro era abrazarnos con personas que ya conocemos y conocer gente nueva. Y con toda la experiencia que tenemos, aportar para ayudar al resto. Esta es una forma de vida natural, para seguir adelante. La alegría es encontrarnos y abrazarnos”, cuenta Ivana Marsili, mamá de Lucas, el primer niño trans registrado en Entre Ríos según la Ley N°26.743 de Identidad de Género.

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Separada del padre biológico de “Luqui”, cuenta a Presentes “se logró un vínculo muy amoroso entre quienes nos encontramos en estos años. He encontrado muchas personas que me han ayudado a la distancia. Y cada vez que nos vemos, la gratitud que tenemos es súper importante y muy fuerte. Así lo siento. Vernos, agradecernos con un abrazo, es lo que anhelo de cada vez que nos vamos a encontrar”, agrega.

Una familia “activista, abierta e independiente”

“Luqui tenía 5 años cuando me dijo que quería ser un varón. Fue bastante loco para todxs porque no sabíamos el significado de la palabra transgénero —recuerda Ivana—. Me contó que quería ser varón después de muchas actitudes que venía teniendo en el tiempo. Se había cortado el pelo, no quería ir más a danza, se estaba dando cuenta que no pertenecía a su espacio y empezó a diferenciarse del género al que no correspondía. Tuvimos muchos mensajes en su primera infancia porque daba mucha información de que no se sentía ella. La respuesta lógica que me dio a mi pregunta de qué le pasaba fue: yo soy un nene”.

En las conversaciones que mantenía con su mamá, Lucas no titubeaba, no daba indicios de estar jugando. Así que la misma noche que lo escuchó, Ivana se sentó frente a la computadora y comenzó a investigar. “Descubrí el significado y comprendí qué le estaba pasando. Al otro día reuní a la familia interna, les dije a cada uno que posiblemente teníamos un niño trans, y en esa misma charla le pregunté si se llamaba de otra forma y sí, se llamaba Lucas. Tenía otro nombre y era certero. Yo no dudé ni me sentí asustada de lo que me estaba diciendo. Le creí. Todos lo tomamos en serio y al comprender que estábamos con la misma persona, se nos hizo fácil adaptarnos”, recuerda.

De todos modos, Ivana admite que debió adaptarse a la angustia que le produjo la pérdida. “Como mamá tuve un pseudo duelo. Tenía el sentimiento de pérdida de algo importante, pero a su vez seguía ahí, al lado, conmigo. Lo que producía era mucho estrés de cómo iba a ser afuera y qué iba a pasar. Así pasaron los primeros meses”, cuenta.

Hoy Lucas tiene 9 años. “Es feliz, vive saltando y bailando. Como estamos separados con su papá, está medio día con él y medio día conmigo. Pero si se aburre va de un lado a otro en la bicicleta. Tiene una vida súper activa”, relata Ivana.

“Creo que la transición fue asombrosa porque tuvimos que hacer un cambio mental en cómo íbamos a sobrellevarlo —admite—. Y con el tiempo, cuando Lucas transitó el cambio de vestimenta y de nombre, la familia se adaptó rápido, costó más en el círculo del papá. Pero con las amistades y con conocidos fue súper aceptado. No tuvimos obstáculos en ese sentido. Nos sentimos común al resto”.

Ivana define la conformación de su familia como abierta, como activista independiente. “Nos movemos por la causa. Enseñamos cómo es la vida de una persona trans y a respetarla. El activismo que hacemos consiste en contar cómo sucedieron los hechos y cómo se dio el cambio de DNI. Nos vemos comprometidos en el colectivo porque aportamos nuestro granito de arena. Lucas nos cambió la vida en el sentido de que nos fortaleció como familia”.

Militar por un mundo mejor para les hijes

En diciembre, Alejandra Elcura y Pamela Portela cumplirán ocho años de casadas y llevan 15 de caminar a la par. Hace tres años, producto de una técnica de fertilización asistida, se convirtieron en mamás de Paloma, la primera beba en territorio entrerriano en ser anotada por dos mamás bajo el nuevo Código Civil.

Alejandra y Pamela fueron además de las primeras en sumarse a la organización de los encuentros. «Cuando tuvimos la dicha de estar embarazadas nos entró el miedo de decir: ¿Ahora qué hacemos? ¿Cómo llevamos adelante este proyecto de familia en una sociedad que no está preparada? Y entendimos que más allá de nuestra lucha por formar nuestra familia, también era un compromiso social intentar visibilizar no solamente nuestra historia sino todas las demás. A raíz de eso empezamos a participar de diferentes encuentros en Buenos Aires y Córdoba, y nos dijimos por qué no generar la misma iniciativa en Entre Ríos”, recuerda Elcura a Presentes.

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“Las familias ahora somos amigas. Nuestros hijos e hijas juegan juntos cada vez que nos vemos y la idea era justamente esa: seguir visibilizando, motivando y redoblando nuestro compromiso y ayudar a otras personas a concretar su proyecto familiar”, resalta también. “Participar de los encuentros es encontrarnos con otres pares en un espacio de lucha, de militancia, y se viven momentos muy emotivos. Estar en un encuentro de familia y compartir las vivencias, las alegrías, las tristezas y el intercambio es lo que nos llega y nos llena para seguir luchando y afrontando y metiéndole para adelante”.

Paloma cumplirá tres años en diciembre. Su nacimiento fue el reflejo de la lucha de ambas mujeres, que eligieron el nombre soñando con que sea una niña libre, capaz de decidir la vida que quiere tener.

“Paloma participa de los encuentros de familia desde que está en la panza, así que cuando sea más adulta va a tener una experiencia hermosa para contar”, piensa Alejandra. “Los hijos son el motor de nuestra vida. Por lo menos Paloma lo es. Siempre pensamos con mi esposa que ella es el motivo por el cual llevamos adelante todo lo que hacemos. Desde que nos levantamos y hasta que nos acostamos, cada movimiento y cada acción la hacemos pensando en ella, tratando de dejarle un mejor mundo y una mejor sociedad. Y eso es lo que tenemos en común con todas las demás parejas. Es lo que nos motiva para poder encontrarnos y también para seguir adelante”.

Derechos de Familias LGBTIQ+

Visibilizar la realidad de las familias diversas y hacerlo este año desde la costa del Uruguay fue uno de los propósitos de los convocantes. Y lo lograron. Obtuvieron el apoyo de otras organizaciones de la sociedad civil, del municipio, del Estado, y hasta el Senado nacional y la Legislatura provincial lo declaró de interés legislativo.

Dos días sirvieron para reflexionar sobre técnicas de reproducción humana asistida, adopción, subrogación de vientre; analizar los alcances de la Ley de Identidad de Género y tratar la adecuación de género, la fertilidad y los tratamientos médico quirúrgicos en las personas trans/travestis; así como intercambiar experiencias en un taller de educación sexual integral y de educación libre de violencia y discriminación para personas LGBTIQ; y debatir sobre la inclusión laboral travesti y trans a la luz de la presentación de proyectos de ley a nivel nacional y provincial, y aspectos psicológicos en las infancias y juventudes travestis trans.

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Les hijes también compartieron actividades recreativas durante los dos días que duró el encuentro. Cuentos, juegos, películas, bailes formaron parte de las propuestas, que cerró el domingo con un paseo familiar por la histórica ciudad entrerriana.

“Sacamos varias conclusiones que serán ejes de trabajo. Se conformará una red con los profesionales y disertantes que participaron para que se repliquen actividades en cada localidad de la provincia; y además se harán gestiones para aquellas familias que no se pueden costear los viajes”, confirmó una de las convocantes. “Fue un encuentro que superó todo lo que esperábamos”.

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