AstroMostra, el astrólogo y escritor que interpreta el cielo en clave queer

Por Lucas Gutiérrez Foto: Lau Castro  Gael Policano Rossi es escritor, dramaturgo, actor, astrólogo y siempre más. Oriundo del sur argentino, este autodidacta de la astrología comenzó a hablar de zodíaco y planetas en radio Nacional Rock en el programa ‘Villa Cariño’. Allí nació “AstroMostra”, cuando un oyente conjugó al aire lo ‘mostra’ de Gael…

Por Lucas Gutiérrez Foto: Lau Castro  Gael Policano Rossi es escritor, dramaturgo, actor, astrólogo y siempre más. Oriundo del sur argentino, este autodidacta de la astrología comenzó a hablar de zodíaco y planetas en radio Nacional Rock en el programa ‘Villa Cariño’. Allí nació “AstroMostra”, cuando un oyente conjugó al aire lo ‘mostra’ de Gael y su lectura del cielo y los planetas. Hoy tiene un espacio de astrología en clave queer en el programa de Franco Torchia, “No se puede vivir del amor”, de radio de la Ciudad. Además, se lo puede encontrar leyendo en ciclos y con títulos en catálogos de varias editoriales. Bajo el sello ‘De Parado’ publicó ‘Gualicho’, su primera novela y acaba de sacar su agenda «Amuleto», de este año astrológico. Multifacético y omnipresente en las redes sociales, Gael interpela en clave diversa a los doce signos del zodíaco

– ¿Cómo te acercaste a la astrología?

– A los 17 años me vine a vivir solo a Buenos Aires y entré a trabajar a un callcenter en el que por unos dólares hablabas con ‘psíquicos por SMS’. Teníamos que mantener conversaciones interesantes y de repente en la bibliografía que nos daban para tener material de qué conversar encontré grupovenus.com y empecé a leer del tema. El jefe decía: “y pensar que antes había brujas de verdad” y yo pensaba para mis adentros “no lo sabés pero tenés una bruja infiltrada”. Yo siempre fui muy bruja, pero me costó salir del closet de bruja. Mi acercamiento fue un saber muy desorganizado principalmente vinculado con la democratización del conocimiento a través de internet. Siempre fui autodidacta. Mis maestros son Liz Green y Howard Sasportas porque vos podes leer todo y tener mucho conocimiento ahí mezclado, pero necesitás que alguien te venga a levar el bizcochuelo

– ¿Cómo influye la astrología en nuestra identidad de género?

– La astrología medieval sólo tenía en cuenta a Mercurio, Marte, Júpiter, Venus, Saturno, Sol y Luna y pará de contar. Ahí los distribuía en masculino y femenino. Con el descubrimiento, a través de la óptica, de Urano y de Neptuno empieza a surgir el tema del hermafroditismo y ¡la mixtura! De pronto se podía ser “hombre y también mujer”. Por ejemplo a Neptuno no se le asigna ninguno de los dos géneros, pero de la tradición medieval quedaban cosas como por ejemplo “Marte = masculino”. Pero ya como categoría, ni siquiera relacionado a la genitalidad o la representación de género. Entonces cuando yo te digo ‘masculino’ una serie de cosas se te van a venir a la cabeza. Una mujer puede ser RE marte y no por eso va estar masculinizada, a lo sumo estará ‘marciana’. Estará apurada, enojada y eso no puede ser un rasgo exclusivamente masculino, esa pregunta me la tengo que hacer yo como astrólogo. Todo dependerá de mí y cómo lo leo tu carta, cómo me lo pregunto. La astrología es el astrólogo. La astrología no puede salirse aún de alguna de estas asignaciones, no se examinó a sí misma con una mirada posgénero. La carta natal puede orientarte a la realización personal pero no imponerte nada.

– Sos poeta, actor, dramaturgo, escritor y más, ¿en cuál de estos espacios te sentís más cómodo?

– Si salgo de una disciplina e investigo en otra es por una inquietud, por una hormiguita en el culo, la comodidad no es mi objetivo. En este momento lo que me interesa es la escritura.Escribo para internet, escribo poesía, investigué cuatro años dramaturgia en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) y en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Ahora estoy terminando mi tesis de posgrado sobre, por decirlo de alguna manera, dramaturgias disidentes. Trabajo sobre problemas que la dramaturgia ya investiga en escena pero en la escritura no, entonces agarro esos ‘perros verdes’ y los analizo. Tengo problemas de redacción y soy medio disléxico, pero es mi sueño estar en casa escribiendo, vender mis libritos y hacer mis cosita

– Desde 2013 estás trabajando en una serie de presentaciones autobiográficas, ¿cómo son?

– Tengo una tradición de poner el cuerpo con el documental. Desde 2013 laburo en mi biografía muy inspirado en el trabajo Sophie Calle y de un artista bastante post identidad llamado Miguel Bonneville. En 2012 los conocí y desde ahí vengo haciendo tres conferencias de autoficción o documental, no sé bien, dónde básicamente cuento mi vida. Lo hago proyectando y charlando sobre capturas de pantalla, lo que va pasando en mi escritorio, las identidades que tenemos en las redes, el amor, la política y la sexualidad en internet. No son obras livianas de ver, me voy a la mierda. Trabajo sobre lo extimo, en vez de lo íntimo. La primera, “Amor Brujo”, es un diario íntimo de una obsesión en internet. Exhibo todos los pasos de un stalkeo en 2012. En la segunda, “Persona Despreciable”, trabajo con todos los comentarios de odio de la campaña presidencial de CFK y Daniel Scioli. Voy tomando el odio de internet, ese odio político en el verano que muere el fiscal Alberto Nisman y lo comparo con mi familia, cómo si Cristina fuera mi madre. Trabajo con la repulsión, lo que es expulsivo, a ver si te lo aguantas. La tercera de las piezas no tiene nombre, es el emoji de una mamadera. Inicialmente era la primera pieza pero me tomó 30 años crearlo. Son casi dos años y medio de investigación y capturas de pantalla de básicamente todos los putos de la Ciudad de Buenos Aires y de Argentina. Es sobre sexualidad en internet, la sexualidad como cosa pública.Es muy complejo de ver y formular las preguntas porque yo las respuestas no las tengo. Este año me voy a México con esta obra a dar una charla taller sobre autoficción.

– ¿Cómo era tu vida antes de venirte a vivir a Buenos Aires?

Iba al único colegio de artes de Río Gallegos (provincia de Santa Cruz), a la mañana era secundario con orientación en arte y por la tarde entrábamos al taller que era la vieja escuela de oficios de maestros de artes plásticas. Teníamos escultura, grabado, dibujo y pintura, era una escuela gigante y mezclaba gente de todas las edades. Iba a un boliche llamado El Divino, tuve un novio a los 15 años y después no más, era ligerito de cascos, una casquivana. En Río Grande no había escena gay, pero me inventé la propia. Compraba muchas cosas por internet en esa época y pagaba a contrarrembolso. Música de un sello llamado Índice Virgen, manga de Sakura CardCaptor y Evangelion, libros de la editorial Tematika con los que conocí a los existencialistas, ese era mi mundito. En el año 2005, un año después de Cromañon me vine a Buenos Aires. Estaban clausurando todo, llegué a conocer algunos sótanos. La primera noche fui a ver ‘Shangay’ de Muscari en el Maipo. Al otro día fui a conocer ‘Belleza y Felicidad’ y cuando entré la vi a Lara de la banda ‘Qué Out’ y dije “no lo puedo creer, este es mi lugar en el mundo”. Pueden seguir los consejos y predicciones de Astromostra en su Blog. En Twitter y Facebook. En la radio los lunes por la tarde en Viaducto Radio y por la noche en su columna en el programa ‘No se puede vivir del amor’ ]]>

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