Paz, la artista marika, sudaca y no binaria que rapea la lucha mapuche

Descendiente de mapuches, raperx y artista queer, Cümelen Berti -conocidx como "Paz"- se define como una persona trans no binaria.

Por Paula Bistagnino. Styling: Kami Muc / Fotografia: Luciano Garcia. Descendiente de mapuches, raperx y artista queer, Cümelen Berti -conocidx como «Paz»- se define como una persona trans no binaria. Criadx en Río Negro, donde nació hace 29 años, vivió en Buenos Aires y después de varias temporadas instalada en Brasil, acaba de regresar a la Argentina. “Sí, soy marika. Soy marika de barrio y soy marika sudaca. La palabra marika fue una de las primeras que usaron para subestimar mi existencia y disminuirme. Fue el arma que usó la heteronorma para protegerse y querer marginalizarme. No me gritaban gay ni homosexual. Me gritaban ¡marika! Entonces me la apropié, como lo hicieron y lo hacen muchas otras marikas, y la empoderé desde mi lugar. Para mi, marika es una identidad, como lo es haber nacido en el barrio. Me define mi lugar de lucha y resistencia”. Paz canta y baila desde Brasil, pero sus letras hablan de luchas diversas. De la lucha ancestral de los pueblos originarios patagónicos, de la supervivencia en el barrio, de la opresión patriarcal, de la resistencia en el arte, el activismo y la vida cotidiana de una marika-trans-sudaca-mestiza. De niñx participó del coro de su ciudad, mientras tomaba clases de teatro y danza. A los 17 agarró la mochila y encaró hacia Buenos Aires. Hizo teatro y estudió Psicología Social. Siguió viaje como mochilerx. Quería viajar, pero cuando pasó por Brasil, se quedó. No fue fácil salir a cantar, sentía que el entorno limitaba. En Río de Janeiro ganó una beca en el Instituto Nacional de Canto Coral. Conoció la cultura del funk carioca en los bailes de la favela Providencia, donde vivió un año. En Porto Alegre hizo un primer proyecto con la artista Karina Sieben -entonces MC Cholita- y el DJ Frede Beck. Y con un argentino que conoció en Brasil, Cristo Reventon, fueron grabando fragmentos de música a distancia, unx en Brasil y el otro en La Plata. También cada vez que Paz venía a la Argentina, cada vez con más shows y notas, hasta que en 2017 salió Patagonia Emergente. Lo presentó junto a Sentime Dominga en el teatro Margarita Xirgu en Buenos Aires.

-¿Cuándo te sentiste y empezaste a llamarte Paz?

-En la secundaria. Tenía alrededor de 13 años e inicié mi transición a ser una persona no binaria. PAZ es un nombre que no necesariamente pertenece a algún género. Pero es una palabra en femenino, lo que hacía confundir a todas las personas de mi escuela, de mi barrio y de mi familia. Resignifiqué la palabra, que siempre tuvo una cognotación religiosa católica, pero que para mí y en el contexto de donde vengo (la periferia) era un llamado a la lucha, un objetivo para unir a mi gente. Me parecía muy interesante el hecho de que llamen a Paz y aparezca yo, una marika mestiza trans periférica.

-¿Cómo se mezclan arte y activismo o cuán juntos fueron y van en tu vida?

-Yo creo el arte es activismo, y viceversa. Para mí ya el hecho de haber nacido en la periferia, sin privilegio de clase y con un contexto social donde no se motiva a lxs pibxs a hacer arte por miedo de pasar más hambre, me hace ver a la música como una herramienta de transformación social indispensable. Yo cuento mi historia, hablo de mi postura política que se forma a partir de situaciones que acontecieron en mi vida. Entonces mi música es activismo por sí misma, porque hablo de mi vida como activista.
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Arte de tapa: Mauro Tapia.

-De la Patagonia a la favela de Río: ¿Cuáles son las diferencias entre ser trans en uno y otro lugar?

-Primero: soy consciente de la pasividad que tengo al ser una persona trans no binaria. El hecho de no definirme ni como hombre, ni como mujer, e intentar que esa lectura sea clara en mi cuerpo, mis gestos, mis modales y mis ropas. Según el contexto, me coloca en un lugar de privilegio frente a otras personas, travestis por ejemplo. Muchas veces para los ojos del sistema normativo, las personas no binarias no nos definimos. O no sabemos qué queremos ser, si hombre o mujer, cuando en realidad queremos escapar de esos rótulos. Somos extrañas en varios ámbitos. En los dos lugares donde viví fui automáticamente leída como marika o bicha, como se dice acá en Brasil, antes que como persona trans-no binaria, un término más académico.

-Decís que la revolución comienza ahora en el “afeminizar”. ¿Por qué?

-Para mí la sociedad siguió rumbos equivocados desde que se colocó al hombre/macho en el poder. Junto con eso, está la masculinización y la violencia contra quien prefiere vivir con modales femeninos. El hombre femenino para el resto de los hombres es frágil. El machismo lo que nos hace creer es que no podemos vivir como femeninas, que la mujer es inferior, que es débil, y toda personalidad que se le asemeje debe ser reprimida. La lucha feminista vino para ponerle un freno a esa postura del hombre macho masculinizado sobre el resto de las identidades femeninas. Hoy creo que esa lucha se expande. Y que lo femenino viene a mostrar que podemos defendernos, ser guerreras, delicadas y poderosas. Nuestra estética, como nuestros comportamientos, nos colocaban (y todavía nos colocan) en peligro. Pero ahora somos más y más fuertes. Permitirse ser femenino, en un mundo construido para que lo masculino esté en el poder, es revolucionario.

-¿Cómo ves la manera en la que los medios abordan la lucha mapuche, el caso de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel?

-Es verdad que la desaparición forzada y asesinato de Santiago Maldonado le dio más visibilidad a la lucha ancestral mapuche. Me da mucho dolor interpretar que se precisa de la muerte de una persona para que los medios de comunicación y la sociedad comiencen a darle interés a una lucha que lleva siglos en un territorio casi escondido, como la Patagonia. No es el primer asesinato que el Estado realiza para ejercer su poder sobre el wallmapu. Ahora con la muerte del peñi Rafael Nahuel y todas las torturas que el actual gobierno aplica, las leyes parecen no existir, como se hacía en la época de la dictadura. La cacería hacia el pueblo mapuche coloca  al lof en una guerra brutal y sangrienta. La situación parece estar cada vez más tensa. Mi disco lleva el nombre Patagonia Emergente, justamente para poder  contar sobre la cultura y denunciar a través de mi arte lo que pasa con mi pueblo. La canción Kumelen, que en mapundugun significa “paz”, es una denuncia direccionada al Estado argentino y las formas represivas que toma para vender territorios a empresarios extranjeros, como es el  caso de Benetton. La canción dice: “Newen, Newen… Me llamó, yo voy sin culpa, ni dios. Pacha me abrazó, su historia contó. Y el barrio me dio mucha educación. Toda esta noción de la antigua nación”. Una forma de dar fuerza y aliento a todxs esxs guerrerxs del monte y de la ciudad. El viernes 15 de junio a las 23 se presenta junto a la coplera trans Lola Bhajan & Enanomalhecho en el Emergente bar (Gallo 333, Abasto). Junto al músico y productor Cristian Puschel y la bailarina Luciana Viscoitaliano, con participación del grupo de dragqueens Guerreras Galácticas. Musicaliza la noche el DJ Set DDIS PERSÉ (aka Alexis Perseo).  Entradas anticipadas: $100 En puerta: 150 / Ventas anticipada: pazmusicaoficial@gmail.com Podés escucharla en  Spotify: http://sptfy.com/Bp6 / Deezer: https://goo.gl/SViKG8 / Google Play: https://goo.gl/fCMZ3z  ]]>

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