Por qué es noticia que una modelo trans aparezca en Playboy

Aunque no es la primera y no aparece en la tapa, los medios replicaron como noticia que la modelo trans francesa Inés Rau ocupa las páginas centrales del nuevo número de la revista Playboy. ¿Inclusión, cosificación o morbo?

Aunque no es la primera y no aparece en la tapa, los medios replicaron como noticia que la modelo trans francesa Inés Rau ocupa las páginas centrales del nuevo número de la revista Playboy. ¿Inclusión, cosificación o morbo? Inés Rau tiene 26 años y es una estrella de la alta costura. El mundo de la moda la integró con –cierta- comodidad y en ese sentido, su presencia es una ganancia en el terreno de los derechos LGBTI y la inclusión. También ya había aparecido en la revista Playboy, en un número de 2014 dedicado a géneros no binario. Esta es la primera vez que aparece como “conejita” en un lugar central.

El feminismo ha estado dividido en cuanto a la revista Playboy. En los ’70 algunas personas lo veían como un espacio de emancipación y liberación de los mandatos morales, mientras que otros sectores consideraban a la publicación como un reducto machista – el público son varones heterosexuales- que consume a las mujeres como objetos.

En ese sentido ¿se gana en derechos al ocupar páginas de la revista? ¿Es un avance? Para la modelo Rau es una cuestión de visibilidad.


«Viví mucho tiempo sin decir que era transexual», dijo Rau en una entrevista a la revista Vogue, y confesó que vivía con temor de nunca encontrar un novio. Temía ser vista «como algo extraño».

“Objetos reemplazables”

Según la activista e investigadora argentina, Violeta Alegre, gran parte de los varones heterosexuales se ven atraídos hacia cuerpos trans y travestis pero luego después no pueden hacerse cargo de su deseo. “No pueden corrernos del consumo y de ser “de catálogo”, como nos ven en paginas web ofreciéndonos como acompañantes, servicios sexuales, en videos porno. Allí somos las “las reinas” “los amores prohibidos”. Pero allí también somos altamente reemplazables por unos centímetros”, dice en este ensayo.
La modelo Rau ocupa las páginas centrales de la revista pero justamente en un número donde la tapa está dedicada a Hugh Hefner, fundador y director de la revista que murió,el pasado 27 de septiembre, a los 91 años.

Este hecho, narrado como “inaudito” desde la prensa se da en un contexto de odio creciente en Estados Unidos hacia la población trans. La asunción de Donald Trump y sus declaraciones en contra de las personas LGBTI  han dado rienda suelta a los grupos y discursos de odio. En lo que va del año, se registraron 21 asesinatos a personas trans. El último que repercutió en los medios fue el de la joven de 17 años Ally Lee Steinfeld. Aunque el nivel de saña fue brutal, la justicia no lo considera un crimen de odio.
Las preguntas se imponen: ¿son los lectores de Playboy (representantes de una cultura patriarcal)  parte de estos sectores transfóbicos? ¿Dónde se cruzan el deseo y el odio?

Una precursora 

La primera modelo trans en ser tapa de Playboy fue Caroline «Tula» Cossey en 1981, pero sin decirlo abiertamente. Su “secreto” se reveló al año siguiente y el mundo se le vino abajo. Los periodistas y productores de televisión de burlaban de ella en vivo o le proponían papeles imposibles.


En ese sentido ¿se gana en derechos al ocupar páginas de la revista? ¿Es un avance? Para la modelo Rau es una cuestión de visibilidad.
«Viví mucho tiempo sin decir que era transexual», dijo Rau en una entrevista a la revista Vogue, y confesó que vivía con temor de nunca encontrar un novio. Temía ser vista «como algo extraño».

“Objetos reemplazables”

Según la activista e investigadora argentina, Violeta Alegre, gran parte de los varones heterosexuales se ven atraídos hacia cuerpos trans y travestis pero luego después no pueden hacerse cargo de su deseo. “No pueden corrernos del consumo y de ser “de catálogo”, como nos ven en paginas web ofreciéndonos como acompañantes, servicios sexuales, en videos porno. Allí somos las “las reinas” “los amores prohibidos”. Pero allí también somos altamente reemplazables por unos centímetros”, dice en este ensayo.
La modelo Rau ocupa las páginas centrales de la revista pero justamente en un número donde la tapa está dedicada a Hugh Hefner, fundador y director de la revista que murió,el pasado 27 de septiembre, a los 91 años.

Este hecho, narrado como “inaudito” desde la prensa se da en un contexto de odio creciente en Estados Unidos hacia la población trans. La asunción de Donald Trump y sus declaraciones en contra de las personas LGBTI  han dado rienda suelta a los grupos y discursos de odio. En lo que va del año, se registraron 21 asesinatos a personas trans. El último que repercutió en los medios fue el de la joven de 17 años Ally Lee Steinfeld. Aunque el nivel de saña fue brutal, la justicia no lo considera un crimen de odio.
Las preguntas se imponen: ¿son los lectores de Playboy (representantes de una cultura patriarcal)  parte de estos sectores transfóbicos? ¿Dónde se cruzan el deseo y el odio?

Frente a esa adversidad, y tras sufrir las consecuencias físicas y psicológicas de una operación dolorosa (se hizo una cirugía de reasignación genital en los ’70) se convirtió en una activista y se enfrentó con la Comisión Europea para que reconociera el tercer sexo. Tu género no depende de lo que tienes entre las piernas. Sé que muchos transexuales tienen prisa por deshacerse de unos genitales con los que no están conforme, pero eso no es quienes son», dijo en su autobiografía, “My Story”, publicada en 1991.

Ese mismo año la revista Playboy la volvió a llamar para que posara, esta vez, como persona abiertamente trans.
“Todo había cambiado. Quise hacerlo porque quería demostrar a todos los heterosexuales que leían Playboy que las personas transexuales podemos ser sexys y atractivas, fue mi forma de ayudar a tirar abajo los prejuicios», dijo en una entrevista con Vogue.

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