La niña intersex que vivió dos años anotada como varón

Las personas intersex nacen con caracteres sexuales que no se corresponden con las nociones binarias de cuerpos masculinos o femeninos. Esta es la historia de una madre que tuvo que atravesar un laberinto burocrático – y profundamente discriminatorio- para que el Estado respetara los derechos de su hija. Durante casi dos años, una bebé argentina con…

Las personas intersex nacen con caracteres sexuales que no se corresponden con las nociones binarias de cuerpos masculinos o femeninos. Esta es la historia de una madre que tuvo que atravesar un laberinto burocrático – y profundamente discriminatorio- para que el Estado respetara los derechos de su hija. Durante casi dos años, una bebé argentina con rasgos intersex estuvo anotada como varón porque el registro civil de su provincia se negaba a corregir su nombre por vía administrativa. La situación, además de vulnerar los derechos elementales de la niña, llevó a la madre a un laberinto burocrático. Éste recién llegó a su fin después de dos presentaciones del INADI, cuando el registro aceptó, por fin, rectificar la partida. El vacío burocrático en el que quedó atrapado este caso -cuyos detalles se mantienen anónimos para preservar la identidad- corresponde a una problemática legal compleja. El Código Civil y Comercial de 2015 establece dos situaciones en las que se puede hacer el cambio de nombre sin intervención judicial: cuando se trata de los hijos apropiados por el terrorismo de Estado y el de reconocimiento registral de la identidad de género. Pero, ¿qué pasa con un recién nacido que no puede expresar su voluntad? ¿Cómo lograr que se rectifiquen las partidas de bebés intersex y que, por ende, no se vulneren sus derechos?

Nacer intersex

El término intersex se utiliza para describir una amplia gama de variaciones naturales del cuerpo. Las personas intersex nacen con caracteres sexuales (como los genitales, las gónadas y los patrones cromosómicos) que no se corresponden con las típicas nociones binarias de cuerpos masculinos o femeninos. En algunos casos, los rasgos intersex son visibles al nacer, mientras que en otros no se manifiestan hasta la pubertad. Algunas variaciones cromosómicas de las personas intersex pueden no ser físicamente visibles en absoluto. Entre un 0,05% y un 1,7% de la población nace con rasgos intersex en el mundo, estiman las investigaciones reunidas ppor la Oficina del Alto Comisionado de la ONU. En este caso, el sexo lo había anunciado a la madre la obstetra que atendió en el parto. Con el certificado médico en mano, la madre inscribió a su bebé con nombre de varón en el Registro de las Personas de su localidad. Pero la pediatra dudó y le aconsejó consultar con un genetista.

«La intersexualidad no es una enfermedad ni una patología»

Un estudio de cromosomas confirmó que se trataba de una niña. La bebé presentaba una hiperplasia suprarrenal congénita (HSC), que los médicos que la atendieron en el parto no supieron reconocer, por eso expidieron un certificado erróneo. Ese diagnóstico implicaba la necesidad de hacer un seguimiento médico para evitar afectaciones a la salud de la beba. La hiperplasia suprarrenal congénita puede afectar tanto a los niños como a las niñas. Alrededor de 1 de cada 10.000 a 18000 niños nacen con ella. Las personas tienen dos glándulas suprarrenales. Una se encuentra en la parte superior de cada uno de los riñones. Estas glándulas producen hormonas esenciales para la vida, como cortisol y aldosterona, Las personas con HSC carecen de una enzima que la glándula suprarrenal necesita para producir las hormonas. Al mismo tiempo, el cuerpo produce más andrógenos, un tipo de hormona sexual masculina. Esto ocasiona la aparición temprana de características masculinas. “La intersexualidad no es una enfermedad ni una patología. Dentro de la diversidad que hay en cualquier sociedad, existe este tipo que rompe con los cánones que uno entiende como masculino y femenino”, explicó Silvina Maddaleno, coordinadora del área de Diversidad Sexual del INADI que asesoró a la familia de la niña. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, señaló que: “Rara vez esas violaciones son objeto de debate y mucho menos de investigación o de proceso judicial”, afirmó. “El resultado es impunidad para quienes los cometen, carencia de remedios para las víctimas y perpetuación del ciclo de ignorancia y transgresión”.

El camino de la burocracia y la discriminación

Después de conocer los resultados de los estudios cromosómicos, la madre de la beba volvió a la oficina del registro civil para pedir que su hija fuera inscripta como nena. Allí le dijeron que el cambio lo tenía que hacer en la justicia. En los tribunales, le dieron un turno que no podía cumplir: tenía que llevar a su beba al médico. El camino no sólo estuvo repleto de obstáculos burocráticos. En los distintos ámbitos de la vida cotidiana, la madre afrontó situaciones complejas y discriminatorias ada vez que debió acreditar la identidad de una hija con nombre de varón: viajar, pedir turnos médicos o anotarla en el jardín. Pero además, no podía tramitar el DNI. La madre de la beba acudió al INADI, donde la asesoraron sobre los derechos de su hija. El delegado provincial presentó un oficio al registro civil pidiendo que se rectifique la partida. Pero el registro continúo en la misma posición hasta casi dos años después. Aceptó modificar la partida, recién tras una segunda presentación del INADI, fundamentada en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niñx, la Convención Americana sobre los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civil y Políticos. “El mito de que las personas pertenecen a un sexo u otro, de manera distinta y separada, es lo que contribuye a la estigmatización y discriminación que padecen las personas intersexuales. Las violaciones de derechos humanos ligadas a este estigma incluyen las intervenciones quirúrgicas innecesarias y otros tratamientos invasivos aplicados los bebés y los niñxs intersexuales, sin su consentimiento, que han sido condenados por los órganos de las Naciones Unidas como prácticas nocivas y malos tratos, así como los infanticidios de bebés intersexuales y la discriminación generalizada a lo largo de toda la vida, en ámbitos que abarcan la educación, el empleo, la salud, el deporte, el acceso a los servicios públicos, la inscripción en el registro civil y la obtención de documentos de identidad.”, señala un artículo de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas.

Un trámite más expeditivo

Mejor suerte corrió otra niña intersex que nació tiempo después, a pocos kilómetros del pueblo de la otra beba. En este segundo caso, se realizaron una serie de estudios genéticos antes de realizar la asignación del sexo. Llevaron tiempo. Pero en este segundo caso, la directora del registro civil local aceptó anotarla pese a que estaban vencidos los plazos previstos, sin incumplir el derecho a la identidad de la niña.

“Hay que evitar la judicialización”

Iñaki Regueiro De Giacomi, coordinador del Área de Género de la Asesoría General Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires propone ser flexibles y evitar las barreras burocráticas. “En estos casos no se está frente a un mero caso de cambio de nombre, sino frente a una asignación de la categoría registral de sexo. La Ley 26.413 de Registro Civil permite la modificación de las inscripciones cuando se detecten errores materiales sin la intervención judicial. Por ende, ya hoy contamos con instrumentos que permiten que estos trámites no se extiendan en el tiempo, evitando la estigmatización”. “Fundamentalmente, hay que evitar la judicialización de estos casos –señaló Regueiro- y enmarcarlos en un contexto de menor rigidez”. Y apunta que “esto es una solución para este tipo de casos, hasta tanto exista una legislación integral que los contemple, la cual se impone”. Por su parte, el INADI a través de un comunicado, señaló la necesidad de diseñar una normativa sobre intersexualidad que contemple prácticas médicas respetuosas, en sintonía con el aspecto registral que compete al nacimiento de los bebés intersex. En la misma sintonía, recomienda actuar con celeridad, evitando los procesos judiciales o administrativos engorrosos a fin de revertir la situación de vulneración de los derechos en el mejor plazo posible, para garantizar la identificación jurídica de los niños de forma inmediata.

Dónde asesorarse:

OFICINAS PÚBLICAS EN ARGENTINA: En la Ciudad de Buenos Aires: Área de Género de la Asesoría General Tutelar: 5297-8023 / 6 / 33 INADI y sus delegaciones: http://www.inadi.gob.ar/ ORGANIZACIONES EN ARGENTINA: Justicia Intersex: justiciaintersex@gmail.com

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2 comentarios

  1. Soy una mujer intersex que justamente nació con HSC. Me parece que estaría bueno no emitir juicios de valor sobre la masculinización, más si es desde un enfoque de DD.HH. Si la nota viene hablando sobre erradicar los prejuicios acerca de la intersexualidad, no me parece correcto que se diga que la aparición de características masculinas es «inapropiada» entre paréntesis .

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